Me gustan las frases, esas que cuando las leemos sentimos que se ajustan a nuestra vida y son capaces de provocarnos preguntas o acercarnos respuestas que de otra manera no hubiéramos encontrado. En esta nota hablamos de realizar cambios que tienen el poder de aportar bienestar y felicidad.  

La vida tiene vida y en ella todo cambia permanentemente, aunque parezca siempre igual. Con el paso de los años, pasamos por experiencias y vamos cambiando casi sin darnos cuenta para adaptarnos a las situaciones, al paso de los años, al entorno, a los avances… Tal vez el desafío consista en aprender qué y cómo cambiar para evitar el sufrimiento que nos provoca resistirnos a lo que sucede.

Aunque es posible cambiar radicalmente el rumbo de nuestra vida, no es necesario dar un giro de 180° para sentirnos mejor. Revisemos algunos cambios que dependen exclusivamente de nosotros y que podemos implementar de inmediato, recordando que toma un tiempo de 21 días continuados crear un hábito.  

 

Actitud

“No es tu aptitud, sino tu actitud lo que determina tu altitud” Zig Ziglar

En la actualidad hemos comprendido que la felicidad no depende de ninguna condición externa, sino que se rige por nuestra actitud, por la manera que tenemos de ver el mundo. Es un poder que todos poseemos y que está activo las veinticuatro horas al día, por eso, es de suma importancia que sepamos aprovecharlo. Mantener una actitud positiva significa practicar la gratitud, perseverar en formar nuevos hábitos que favorezcan el positivismo, dar lo mejor cada día y ante los problemas, preguntarnos cómo podemos hacer algo. La única diferencia entre un día bueno o un día malo es la actitud con la que asumes la situación.

 

Pensamientos

“El que puede cambiar sus pensamientos puede cambiar su destino” Stephen Crane

Una de las maneras más efectivas de tomar las riendas de nuestra vida es reconociendo el poder de nuestros pensamientos y como condicionan nuestro estado emocional. Aprender a monitorear y cambiar nuestro dialogo interior es importante, igual que reconocer la calidad de nuestros pensamientos y fomentar diálogos de aprobación y aliento. Si descubrimos pensamientos negativos, autocríticos, descalificantes, exigentes, recurrentes, catastróficos… no los escondamos ni intentemos bloquearlos. Hacerlos conscientes, aceptarlos tal y como vienen nos permitirá trabajar para “transformarlos”.

Te propongo también listarlos y “ponerlos a prueba”: buscar evidencia que demuestre o contradiga cada una de esas ideas. Seguir estos pasos les resta poder y nos permite reemplazarlos por pensamientos positivos. Vas a compartir el resto de tu vida con vos, ¿qué tal si te hablás como a tu mejor amigo/a?  

 

Prioridades

“La vida es muy simple, pero insistimos en hacerla complicada” Confucio

Es posible que no seamos conscientes de que uno de los principales obstáculos de nuestra felicidad es la complejidad en la que convertimos nuestra vida acumulando tareas y «tengo que…»

¿Tenemos claro lo que es esencial para nosotros? ¿es realmente todo lo que hacemos y nos comprometemos a hacer? Podemos elegir simplificar nuestra vida, aprender a relajarnos y «reconocer» lo que realmente es importante y necesario, para así recuperar tiempo libre y disfrutar.   Identificar qué cosas realmente necesitamos para vivir bien y de manera feliz, y eliminar el resto, significa aprender a decir NO a la multitud de estímulos y proyectos que se nos presentan, soltar el temor a “perdernos de algo” y dedicarnos a lo realmente necesitamos. Las prioridades de tu vida las decidís vos. ¿Cómo vas a hacer tu vida más simple?  

 

Soltar el Control

“La vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes” John Lennon

Cuando sentimos que estamos forcejeando con la vida, insistiendo en querer cambiar a las personas y manejar situaciones necesitamos hacer una pausa, respirar profundo y hacernos la pregunta ¿de qué me sirve luchar?. Si aprendemos a fluir y aceptar con responsabilidad y compromiso lo que la vida nos trae, siendo conscientes de que es imposible controlarlo todo, podemos evitar la frustración que genera el choque entre lo que habíamos programado y lo que sucede. No es cuestión de dejar todo librado al azar sino de desarrollar suficiente flexibilidad para elegir la postura que mejor responda a nuestros intereses y objetivos. Es importante reconocer que a veces, el hecho de hacer frente a la adversidad también es “saber fluir”, si lejos de quedarnos atascados seguimos adelante, ese logro también nos puede generar felicidad. Tomemos consciencia del tiempo, la energía y enojos que gastamos intentando forzar las cosas para que se den como queremos. Cómo al “programar” postergamos nuestra felicidad al fin de semana, a las vacaciones, a cuando obtengamos otro trabajo, otra relación… Si desarrollamos la paciencia, aprendemos a vivir en el presente y dejamos que el camino nos vaya mostrando por dónde ir, podríamos vivir con mayor plenitud. ¿Qué te distrae del momento presente?.      

 

Si querés implementar estos cambios o llevas un tiempo planteándote un cambio, pregúntate ¿qué estoy esperando? ¿por qué no? ¿por qué yo no? ¿por qué no ahora?  

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