Vivimos el cambio disruptivo

En los últimos días, el avance del COVID19 afectó a todos los sectores de la sociedad a nivel global. La disrupción está por todos lados y el futuro se torna incierto. La realidad se tambalea. Lo que creíamos saber tal vez no sirva y aquello que dábamos por sentado, ya no lo está. Estamos ante una situación que podemos denominar de crisis y como tal, genera cambios ante los cuales estamos obligados a responder individual y colectivamente. Desde la mirada del coaching se nos presenta la posibilidad de crear nuevos recursos y nuevas acciones, hacernos nuevas preguntas para responder a lo nuevo.   

Se nos presenta la posibilidad de revernos desde las distintas dimensiones de nuestro ser y hacer

• Nos exponemos a nuestra vulnerabilidad: particularmente al riesgo de la salud y del sistema que la preserva.
• Se nos muestra la vertiginosidad del cambio: esta amenaza global no estaba en el radar de nadie. Y cambió la vida de todos. 
• Nos reclama la necesidad de aprender a fluir con gran flexibilidad para adaptarnos a lo nuevo. 
• Nos empuja a comprender el papel que juega nuestra realidad interna y nuestros valores, para actuar y responder con integridad ante situaciones que ponen en jaque nuestras costumbres.

 

 

Ante cualquier crisis hay al menos tres aspectos a considerar:

 

«Aquello que no podemos evitar, solo podemos aceptarlo» -William Shakespeare-

 

 

Aceptar lo que es y fluir con ello. El control es una ilusión.

Vivimos constantemente en la incertidumbre de no saber qué pasará después o mañana. Podemos elegir cómo afrontar las circunstancias, sobre eso siempre tenemos control. En este caso podemos elegir entre dejarnos llevar por el pánico o enfocarnos en lo que podemos adquirir de esta experiencia. Lo que tenga que suceder sucederá aunque intentes controlar, te resistas o te victimices, en cualquier caso, sucederá. Tal vez es una oportunidad para identificar tu nivel de tolerancia a la incertidumbre. Las personas con baja tolerancia están más expuestas a transitar una crisis con ansiedad y estrés. 

 “La incertidumbre es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar” –Mario Vargas Llosa-

 

 

Permitite sentir todo lo que te genera.

Las emociones que acompañan una crisis pueden paralizarnos. La única manera de superar un sentimiento doloroso es atravesándolo, no esquivando o negando la presencia de esa emoción. Tal vez es una oportunidad para reconocer y gestionar esas emociones, darte cuenta de la importancia que tiene compartir tu sentir con otras personas y descubrir que no sos el único que se siente así. Pedí ayuda, busca recursos. Hay coaches como yo, que acompañan estos procesos.  

Gestionar tus pensamientos. 

Una cosa es permitirte sentir y otra es alimentar una emoción que te limita a base de creencias distorsionadas. Muchas de las amenazas están en nuestra mente. Tal vez es una oportunidad para reconocer y gestionar tu diálogo interno, ver que siempre ha estado ahí, y que responde como en otras situaciones, y descubrir cómo contribuye a potenciarte o limitarte. Decidir qué vas a hacer con esos pensamientos, buscar modificarlos si te limitan.    

En un momento en que nos indican mantener distancia social, es imperante sostener una energía de apoyo y de conexión para permanecer alineados y en calma. El sistema inmunológico se fortalece con pensamientos positivos. Necesitamos equilibrio mental y autocuidado para continuar siendo resilientes ante esta nueva amenaza que no logrará amedrentar nuestra grandeza.

Te dejo un ejercicio muy potente para afrontar miedos o decisiones difíciles aplicable a cualquier situación.