ENAMORAMIENTO
El enamoramiento es una etapa de ilusión llena de alegría y pasión, aunque recién cuando se rompe descubrimos si se trataba de amor
El amor tiene que ver con aceptar la pérdida de la ilusión inicial del enamoramiento, dejar de idealizar al otro y decidir amarlo, con lo que nos gusta y lo que nos desagrada.
¿Sabías que nuestras relaciones amorosas son un reflejo de la relación que tenemos con nosotros mismos?
Si bien la llamada “ley del espejo” funciona con todas nuestras relaciones, la pareja es nuestro espejo más importante. Lo que nos molesta, lo que esperamos, lo que nos enamora de nuestra pareja, todos son valiosos mensajes para nuestro crecimiento y evolución. Como en general no somos capaces de ver nuestras propias sombras e incluso virtudes, la vida nos regala la oportunidad de mostrarnos aquello que está en nosotros reflejado en nuestras relaciones. Para aprender a vernos en el otro, es necesario abrir la mente y acallar esa voz que dice “yo no soy así”.
“Todo lo que nos irrita de otros nos lleva a un entendimiento de nosotros mismos.” Carl Jung.
Veamos algunos ejemplos:
¿Te molesta el egoísmo de tu pareja? De modo directo puede ser que refleje tu propio egoísmo que te desagrada y te cuesta aceptar y de modo indirecto puede ser que esté reflejando lo poco que te haces valer. ¿Estás siempre pendiente de los demás y anteponiendo sus intereses a los tuyos?
Te molesta que tu pareja comparta con amigos y sentís que te deja un poco de lado preguntate ¿Mi pareja lo es todo para mí? ¿Dedico tiempo a mis amistades y tiempo para mí?
¿Te molesta que tu pareja no te incluya en sus decisiones? Preguntate si tal vez al momento de vincularte tu libertad y autonomía eran valores indiscutidos y solo estuviste dispuesta/o a relacionarte si ambos conservaban ámbitos de independencia y ahora te das cuenta de que no te sentís tan amada/o con este tipo de relación.
¿Querés transformar tus relaciones?
La clave está en observar sin juzgar y aunque nos cueste, adentrarnos hasta lo más profundo de nuestro ser para hacer consciente lo inconsciente. Nuestra realidad no cambiará intentando cambiar al otro, cambiará cuando cambiemos nosotros. En nuestras relaciones amorosas, nos elegimos mutuamente, con la persona perfecta, en el momento adecuado, para que podamos conocernos a nosotros mismos y asumir la responsabilidad de transformar y sanar lo que sea que necesitemos. Nadie puede hacer ese trabajo por nosotros. Somos maestros y alumnos, el uno del otro al mismo tiempo ya que nosotros también reflejamos al otro en sus luces y sombras. ¿Qué te está reflejando tu pareja?.
Te propongo unos ejercicios para averiguarlo
EJERCICIO 1 Reconociéndome en tu reflejo
Responde las preguntas: ¿Qué te incomoda? ¿Qué no soportas?
1/ Escribí una lista de lo que te molesta.
2/ Anotá para cada situación los hechos, centrándote en lo sucedido sin juzgar (sin considerar si es bueno o malo, correcto o incorrecto) ¿Qué es lo que tu pareja dice o no dice, hace o no hace, qué te molesta?
3/ ¿Qué sentís en esas situaciones? Abandono, humillación, inferioridad, rechazo, etc. Al escribir verás como lográs aclarar las situaciones, emociones y sentimientos y cómo se relacionan con tu interior, con tus heridas, con tus patrones de comportamiento. Te permitirá observar y registrar todo lo que nosotros mismos generamos sin darnos cuenta. Al darnos cuenta de nuestros patrones y comportamientos podemos hacer algo para cambiar esos esquemas que se repiten una y otra vez. No necesitamos hacerlo solos podemos pedir ayuda profesional.
4/ ¿Qué podemos hacer?
Aprovechar la vida en pareja para tomar ese espejo para mirarnos, conocernos y comprendernos. A la vez, transformarnos en el mejor espejo para el otro.
Desarrollar disponibilidad y apertura para conocernos, con compasión hacia nuestras experiencias e historias y para relacionarnos con ternura y aceptación con nuestra pareja.
Abrir conversaciones honestas y comprometidas que permitan crear intimidad y decidir conscientemente permanecer unidos en el tiempo, construir una vida juntos y cimentar la relación en quienes somos realmente y quien es el otro.
Si querés ir un paso más allá te recomiendo seguir con este ejercicio:
EJERCICIO 2 Ampliando la mirada
Solemos caer en la trampa de observar con lupa lo que nos desagrada del otro dejando de lado otros aspectos.
1/ Escribí una lista de lo que le agradecés.
2/ Escribí una lista de todo aquello por lo que te gustaría pedirle perdón. Aunque te cueste al principio, tomate tu tiempo, tal vez haya habido situaciones en las que reaccionaste con impulsividad o tus palabras no fueron las adecuadas entre otras
3/ Observá las listas y reflexioná cual es el peso emocional de la lista de lo que te incomoda ahora que estás ampliando tu mirada.
4/ Y el último paso es solo para personas audaces. Atreverte a hacerlo, darle las gracias y pedirle perdón, aunque te parezca una locura o pienses que debería ser al revés es posible que te sorprendas con los resultados.
“Vivimos esperando que reaccione primero el otro y así es como nos quedamos con: mil cosas por decir, por hacer, por sentir, por disfrutar”.
Si sentís que necesitás ayuda, te puedo acompañar a revisar patrones inconscientes con terapia emocional, muchas heridas vienen desde la infancia, heredadas de nuestros padres y ancestros. Tu exterior no es más que un reflejo de tu mundo interior.